sábado, 2 de julio de 2011

Vínculos



La costumbre de anotar en la última página de los libros, ésa que siempre está en blanco, me lleva a inevitables redescubrimientos. Leo en el tomo II de la obras de Borges: "Sobre la Granja de San ildefonso, página 434". Y allí:


La alegoría del Hombre... la alegoría. Esto, y no sólo las fuentes, me lleva a La Granja. Cierto es que siempre encuentro algún motivo para dirigir hacia allí mi pensamiento. La Granja y Aranjuez, Aranjuez y La Granja. Estos dos lugares están, quiéranlo o no, mancomunados a pesar del tiempo y la distancia.

Si tuviera que definir estos lugares con tres palabras aisladas serían, para Aranjuez:
Mitología
Umbría
Geometría

Y para La Granja:
Galería
Alegría
Alegoría.

Pero siempre serían intercambiables. Comparten, extrañamente, cualidades intrínsecas y extrínsecas. Unión propiciada por un espíritu inconsciente. La coincidencia se forma en el Laberinto (lástima que Aranjuez perdiera los suyos), el del Tiempo, con el único fin de encontrar los ojos que lo descubran, la mente que lo descifre.

Cuando pienso en la Granja, deliberadamente abstraído, pienso en Aire y Agua. "El Rey de España se ha construido un palacio en las nubes"



Como en Aranjuez se lo construyó en el agua:






Y en Aranjuez pienso en Tierra y Agua. Sí, porque en La Granja no hay tierra, siempre oculta por esa costra de robles y pinos, y la inclinación del monte impide el ayuntamiento de los dos elementos de Aranjuez.

Y nos une el agua, el agua del Mar:








Ya llevaba más de un siglo y medio el Mar de Ontígola cuando se hizo esa extraordinaria glorieta acuática que es el Mar de La Granja; pero los dos terminaron alimentando fuentes y alegrando reyes. Y ahora nos cautivan a todos.

En Aranjuez pelearon los mejores arquitectos (Juan de Herrera, Jerónimo Gili) para sujetar a ese arroyo que se empeñaba una y otra vez en derribar los muros. Dos debieron poner y un buen relleno de tierra para estabilizarlo; aunque hubo quien dijo que había tres, confundiendo el acueducto interior de piedra que nos traía el agua de Ocaña, de aquellas fuentes casi míticas: Aldehuela, Aljibejo, Menalgavia y Valhondo, con un muro intermedio.

En La Granja construyeron con cierta facilidad un muro de doce metros que recogía el agua de dos arroyos (Morete y Carneros) y el agua que aporta la cacera de Peñalara:








En el Mar de Ontígola en una extraordinaria foto de D. Antonio Talavera:



En estas curiosas fotos que nos muestran el Mar casi vacío, podemos ver el formidable muro.

Esto hace que La Granja sea ese sitio especial donde se puede pasear por la orilla del mar a 1.250 metros de altura. Esta cota hace que el surtidor de la Fama pueda elevarse hasta 45 metros ya que se encuentra 50 más abajo y están conectados (Mar y fuente) por una tubería. El montante (surtidor vertical) de esta fuente es una de las conexiones que tiene el Mar; las otras son la fuente del Canastillo, el montante de la fuente de las Tazas alta, el montante de Andrómeda y el estanque del Medio Celemín.
Aunque ahora todo ha cambiado en la Granja en lo que a suministro de agua se refiere, es interesante saber que aunque el Mar no está conectado con la red de consumo de la población, que se abastecía del Común y éste del Cuadrado, en los momentos de sequía en que Morete y Carneros se secaban y el Común y Cuadrado resultaban insuficientes para dar consumo, entonces se usaba el agua del Mar mediante una conexión Canastillo-Cuadrado que lo posibilitaba..



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